¿Eso es el TDAH? ¡A mi hijo también le pasa!

Escrito por Argentina Marquina, responsable de comunicación del Centro de Logopedia, Psicología Clínica y Psicopedagogía Ortofón, publica en el medio “Ahora Valencia” el artículo ¿Eso es el TDAH? ¡A mi hijo también le pasa!

Cómo detectar síntomas del TDAH en niñosCuando un niño no puede estar quieto ni un segundo o se despista con mucha frecuencia, solemos decir de él que es muy nervioso y activo. Probablemente algunos de estos síntomas nos resultarán familiares. Quizás nuestros hijos se comportan de una manera parecida. Es probable que el niño no se concentre, se mueva en exceso, no preste atención, se distraiga fácilmente por estímulos irrelevantes, interrumpa a los demás o suela dar respuestas precipitadas antes de que hayamos podido terminar nuestra pregunta.

No es recomendable pasar por alto estos comportamientos, identificándolos como “cosas de su edad”, ya que podemos estar frente a un caso de TDAH, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. En España se calcula que uno de cada veinte niños/as padece TDAH, viéndose afectados en su desarrollo social y educativo. De hecho, esta circunstancia está detrás del 25 % de los casos de fracaso escolar en nuestro país.

Si tu hijo no se concentra, se mueve en exceso, no presta atención y se distrae fácilmente, o corta a los demás al hablar, quizá tenga TDAH

¿Qué papel jugamos los padres?

El modo de vida actual (prisas, crisis, poca conciliación de la vida familiar y laboral) ha llevado a los padres a dejar de ser agentes activos de los procesos educativos de sus hijos. Esto nos conduce a delegar siempre en los equipos docentes: profesores, tutores… Nuestra participación como progenitores/educadores queda limitada a algunas reuniones escolares y, en ocasiones, ni tan siquiera asistimos a estas convocatorias. A su vez, las demandas académicas a las que exponemos a nuestros hijos son cada vez mayores. Esto provoca la aparición de problemas.

Según Evelio Garijo Saiz, Neuropsicólogo de Ortofón, el desarrollo de un niño es jerárquico, es decir, lo que debemos aprender hoy depende de lo que debimos aprender ayer. Un vacío en estos procesos, en el momento de su aparición, es relativamente sencillo de “compensar-arreglar”, pero más adelante puede generar consecuencias negativas irreversibles.

Nada se arregla solo

Cuando aparecen problemas, el poco tiempo de que disponemos para invertir en la dedicación a los más pequeños nos lleva a mirar hacia otro lado y esperar a que los niños mejoren con el tiempo. Esta inacción nos hace aplazar la intervención y olvidamos que “nada se arregla solo”.

Para Garijo Saiz, esta circunstancia se maximiza con la vuelta al cole. Los síntomas que esperábamos que desaparecieran espontáneamente durante el verano continúan presentes y se han agravado. Es durante los meses de septiembre y octubre cuando surgen las prisas y el sentimiento de culpa ante la sensación de haber perdido el tiempo. Nuestro hijo se enfrenta a un nuevo curso con mayores alteraciones en la capacidad de atención, con más dificultades a la hora de controlar sus impulsos y con algunos problemas de conducta, especialmente en la interacción con los demás.

Con un tratamiento adecuado, los niños que tienen TDAH mejoran su rendimiento académico, aprenden a controlar su impulsividad y experimentan una mejoría evidente en su conducta y en sus relaciones con los demás. Es por ello que ser agentes activos en el proceso educativo nos lleva a conocer a nuestros hijos, sus miserias y sus grandezas. Y así ayudarles a compensar lo malo y potenciar lo bueno.

Artículo “¿Eso es el TDAH? ¡A mi hijo también le pasa!” publicado por Ahora Valencia: www.ahoravalencia.es/que-es-tdah/135842

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