1.- Etiología de los mocos.
2.- Los lácteos y el exceso de mucosidad.
3.- Recomendaciones practicas a seguir.

1.- Etiología u origen de los mocos.

Los mocosLos mocos son muy frecuentes en la infancia, especialmente cuando el niño comienza a ir a la guardería.

Una de las patologías más frecuentes que sufren nuestros pequeños es la otitis media aguda, que consiste en la infección del oído medio, causada por bacterias o virus que entran hasta el espacio aéreo del oído medio a partir de la garganta y nariz, a través de la Trompa de Eustaquio. Una vez allí, empiezan a multiplicarse produciendo un cúmulo de moco y pus que aumenta la presión en el interior del oído y distiende el tímpano, apareciendo abombado y rojo cuando el pediatra lo observa con el otoscopio. Esta presión o inflamación de la otitis media es lo que le produce dolor al niño y lo que puede ser muy trascendente para el desarrollo evolutivo del lenguaje, pudiendo provocar la pérdida temporal de audición (pérdidas de 30-40 dB).

Casi el 50% de los niños padecen alguna infección de oído durante su primer año de vida. Muchos serán propensos a tener recurrencias, particularmente aquellos cuyos padres o hermanos hayan padecido el mismo problema durante la infancia, por deficiencias inmunológicas, alergias, deshidratación…

2.- Los lácteos y el exceso de mucosidad.

Son varios los estudios que han profundizado en la las ventajas y desventajas de los lácteos. La leche y los productos derivados de ella son alimentos muy completos, saludables y convenientes de incluir diariamente en la alimentación de los niños. Sin embargo, está probado que en ciertas situaciones, como son los procesos gripales o catarrales y determinadas alergias, en las que es frecuente que se produzca un exceso de mucosidad, moderar el consumo de lácteos puede contribuir a la desaparición de este síntoma y, consecuentemente, a su repercusión en los procesos de obstrucción de conductos.

Cuando existe una congestión, infección o inflamación nasal producida por catarros, alergias, gripes u otros procesos inflamatorios, el exceso de mucosidad aparece de inmediato. Este proceso es derivado de la inflamación de la membrana mucosa que recubre el interior de las cavidades nasales. El citado síntoma ocasiona loas siguientes consecuencias:

  • Irritación por la constante destilación.
  • Alteración en las vías respiratorias.
  • Déficit de hidratación.
  • Pérdida de minerales.
  • Obstrucción en los canales auditivos.
¿Qué ventajas proporcionan los alimentos lácteos?

La leche y sus derivados son alimentos ricos en proteínas, calcio y en vitaminas liposolubles, concretamente vitamina A y D, así como en ciertas vitaminas del grupo B. Los derivados lácteos como el yogur, los batidos, la cuajada, los helados, el queso, son alimentos de fácil digestión y consumo. Están especialmente recomendados en periodos de crecimiento y desarrollo, como la infancia y la adolescencia, así como en situaciones fisiológicas concretas como son el embarazo y la lactancia. El consumo de estos productos ayuda además, al buen mantenimiento de los huesos en personas adultas y ancianos. Todas estas propiedades hacen que los lácteos sean alimentos a incluir de forma diaria en nuestra dieta.

¿Qué desventajas pueden tener los lácteos sobre todo en los períodos catarrales?

Hay momentos y circunstancias que aconsejan la supresión o el uso moderado de los lácteos. La más usual es cuando se produce una excesiva producción de mocos. Algunos estudios afirman que una de las causas del exceso de mucosidad es el pH excesivamente ácido de algunos derivados lácteos como el yogur. Otros estudios refieren las proteínas en la leche de vaca como desencadenantes de las mucosidades nasales excesivas.

Aunque como casi los estudios tienen sus defensores y sus detractores, lo que sí se ha comprobado es que, al suprimir o restringir la ingesta de productos lácteos en la dieta, la cantidad de mucosidad disminuye de forma importante, por lo que se facilita la desaparición de la congestión nasal y se mejora la respiración.

Qué alimentos pueden ayudar y actuar como mucolíticos

¿Qué alimentos pueden ayudar y actuar como mucolíticos?

En general son aconsejables todos los líquidos, especialmente los hipertónicos que ayudan a descongestionar. Como alimentos favorecedores tenemos las frutas, con prioridad las ácidas. Las verduras crudas. La cebolla y el ajo crudo que poseen efectos expectorantes y actúan como destructores de la mucina. Los puerros y el jengibre, con su aporte de minerales y de vitaminas. Los caldos calientes de verduras e infusiones. Los zumos naturales.

¿Cómo podremos mantener una higiene y prevención de los catarros y producción de mucosidades?

La higiene nasal la debemos considerar tan importante y necesaria como la bucal. Con una correcta higiene estaremos realizando hidratación y prevención. Para ello los lavados nasales son fundamentales. Enseñaremos al niño a través del juego a limpiar sus narices. Moki* puede ayudarnos en esta tarea.

Los productos isotónicos, como las ampollas de los laboratorios Quinton, son muy eficaces y fiables ya que no todas las aguas marinas poseen las propiedades necesarias de totum isotónico y regulación de la homeostasis si nos son extraídas del plasma marino a la distancia y profundidad correcta. Estos productos se aplican ingeridos y/o tópicos.

¿De forma natural, cómo podemos compensar la pérdida de electrolitos o sales minerales con las destilaciones?

Los electrolitos o sales minerales, como el potasio, el sodio, el cloruro, son importantes en el funcionamiento normal de todas las células del cuerpo, especialmente las de los músculos y las células nerviosas. Los electrolitos se pierden a través del sudor, la destilación nasal y la micción en cantidades variables, y estas pérdidas deben compensarse. El consumo de muchos tipos de alimentos y bebidas puede compensar esta pérdida. Las bebidas hipertónicas (no confundir con las energéticas) descongestionan y ayudan a las hipertónicas de Quinton. Tomadas en las dosis recomendadas son muy eficaces.

3.- Recomendaciones practicas a seguir.

Siempre será mucho mejor prevenir que curar.

La hidratación del niño y el aporte de nutrientes será fundamental, sobre todo de minerales y vitaminas.

El grado de humedad necesario evitara la sequedad y permanencia de los gérmenes.

La limpieza nasal debe ser diaria y lo menos traumática posible con el fin de evitar las fobias y posibilitar la auto limpieza por el propio niño.

Observar su respiración, sobre todo por la noche. El ronquido nos dará la alarma de una posible hipertrofia de adenoideas (agrandamiento de las vegetaciones adenoides) o de una hipertrofia amigdalina.

Evitar en lo posible la prolongación del uso de tetinas y chupetes.

Fomentar el juego (movimiento) y la permanencia al aire libre.

Observar si sube la televisión o hace repetir las palabras que se le dicen.

Valorar su articulación de voz y lenguaje.

*Moki: Cuento infantil en el que, de forma lúdica, se dan las claves al niño para mantener una óptima higiene nasal

Autora: Mª Teresa Estellés.

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