La acidez estomacal, comúnmente llamada reflujo gástrico, es una de las dolencias más frecuentes en la actualidad. El 10% de las personas adultas la padecen a diario y el 30% tienen síntomas de acidez estomacal por lo menos una vez al mes.

El estrés y la acidez estomacal. Repercusiones en nuestra vozEl reflujo puede producirse de dos maneras: gastroesofágico y laringofaríngeo. El gastroesofágico sucede cuando el reflujo estomacal pasa a través del esfínter inferior hacia el esófago. Y el reflujo laringofaríngeo se presenta cuando el contenido del estómago (alimentos o ácido) se devuelve hacia la garganta o hacia la laringe.

Las estructuras respiratorias (faringe, laringe y pulmones) son muy sensibles a este tipo de acidez; por lo tanto, las pequeñas cantidades de reflujo hacia estas áreas pueden causar lesiones importantes.

En los adultos el reflujo origina inflamación e irritación en la garganta, como alteraciones en la voz y tos crónica; así como el sabor amargo en la misma. En cambio, en los niños este tipo el reflujo causa problemas respiratorios como tos, asma, alteraciones durante el sueño, apneas.

El estrés es uno de los factores desencadenantes del reflujo

Son diversos los factores que pueden provocar reflujo: sensibilidad a los alimentos, dieta inadecuada, escaso ácido estomacal, desequilibrio en el crecimiento de las bacterias del intestino delgado…

Sin embargo, a menudo se pasa por alto un factor fundamental: el estrés. Algunos estudios han puesto de manifiesto que las personas sometidas a situaciones de estrés prolongado ven afectado su ritmo cardíaco y tensión muscular, además de sufrir la aparición de problemas digestivos como el reflujo.

Esto sucede porque en respuesta al estrés el cuerpo aumenta automáticamente la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la respiración, el metabolismo y el torrente sanguíneo que llega a los músculos. Esta respuesta tiene el objetivo de ayudar a nuestro cuerpo a reaccionar rápida y eficazmente ante una situación de mucha presión.

Cuando las situaciones de estrés se acumulan una detrás de otra, el cuerpo no tiene tiempo de recuperarse. Esta activación a largo plazo del sistema de respuesta al estrés puede alterar casi todos los procesos de nuestro cuerpo.

En ese sentido, como hemos dicho, algunas de las respuestas físicas más frecuentes al estrés crónico afectan al aparato digestivo.

Cerca del 60% de los pacientes con reflujo se automedica y no solicita ayuda profesional. Sin embargo, el tratamiento siempre ha de seguir las indicaciones facultativas tras un examen médico riguroso.

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