“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” es un dicho popular, muy conocido, que parece hecho a medida para aquellas personas con tendencia a la procrastinación.
¿Qué es procrastinar?
Se trata de la acción de posponer o postergar actividades o situaciones que deben ser atendidas, sustituyéndolas por otras más irrelevantes y placenteras.
Procrastinar es dejar cualquier cosa para después, ya sea debido a la negligencia, a la habitual pereza y comodidad o al miedo a la frustración. Es posponer las cosas hasta mañana, y mañana hasta pasado mañana, cuando podrían fácilmente realizarse hoy mismo.
Cuando la procrastinación se convierte en un hábito pasa a ser un claro trastorno del comportamiento que tiene su origen en el hecho de asociar la acción que hemos de realizar con la incomodidad, el dolor o el miedo al cambio. Detrás de un procrastinador reincidente suele estar la ansiedad, la frustración o el estrés.
En ocasiones, el miedo a hacer algo, a tomar una decisión, a dar un paso adelante consume más energía que si nos decidiéramos a llevar a cabo la acción de una vez por todas.
Todos procrastinamos en mayor o menor medida: el estudiante que siempre deja para más tarde los libros; el ejecutivo que aplaza una decisión crucial; el enamorado que no lo confiesa nunca por miedo a una respuesta negativa… Sin embargo, si después de leer lo anterior ha identificado la procrastinación como su comportamiento habitual en lo cotidiano, ha de saber que debería buscar ayuda para superarlo. Ya sabe: si la puede buscar hoy, no lo deje para mañana.
Le invitamos a ver el siguiente vídeo, en el que aparece una estupenda explicación de la procrastinación. Se trata de una entrevista de Eduard Punset a Dan Ariely, autor de “Las trampas del deseo”