La dislalia

¿Qué es una dislalia?

La dislalia es una de las alteraciones más frecuentes que suelen presentarse en la fase de desarrollo del lenguaje infantil. Se manifiesta cuando el niño/a no es capaz de repetir por imitación las palabras que escucha y lo hace de forma incorrecta desde el punto de vista fonético. Suele sustituir letras o tiende a no pronunciar las consonantes.

¿Cuáles son las causas de una dislalia?

No debemos buscar una única causa, sino una combinación de factores que, entre otros, pueden ser:

  • Dificultades respiratorias.
  • Problemas con la percepción espacio-temporal.
  • Falta de comprensión y problemas en la audición.
  • Factores psicológicos.
  • Factores ambientales.
  • Escasa habilidad motora.
  • Etc.

¿Existen diferentes tipos de dislalia?

Podemos encontrarnos con dos tipos básicos de dislalia:

  • Dislalia funcional: Es la alteración de la articulación producida por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño/a con dislalia funcional no usa correctamente dichos órganos a la hora de articular un fonema a pesar de no existir ninguna causa de tipo orgánico. Es la más frecuente.
  • Dislalia orgánica o disglosia: Cuando se produce una alteración de la articulación debido a determinadas anomalías o malformaciones de los órganos del habla: labios, lengua, paladar, etc., como consecuencia de malformaciones congénitas, trastornos del crecimiento, traumatismos…

¿A qué edad suele manifestarse una dislalia?

Se puede manifestar desde la adquisición del lenguaje, pero no debemos considerarla como tal hasta que no llega la etapa madurativa. Es decir, se realizarán observaciones de la evolución de los primeros 6 años del niño/a.

¿Cuáles son las principales señales que han de alertarnos sobre la presencia de una dislalia?

El retraso en la adquisición del lenguaje, la imposibilidad de repetir y reproducir sonidos, y ciertas anomalías auditivas.

¿Qué hacer si identificamos en nuestro hijo/a algunos de los síntomas antes referidos?

Acudir a una consulta de logopedia y solicitar una valoración de su caso.

¿Qué tipo de tratamiento requiere una dislalia?

Depende de si se trata de una dislalia orgánica (disglosia) o funcional.

En primer lugar se realiza una valoración de la percepción y discriminación auditiva del niño/a, teniendo en cuenta que no va a producir ningún sonido que no haya integrado. Para integrarlo habrá tenido que percibirlo, reconocerlo e identificarlo.

Posteriormente se analizan los fonemas que presenta alterados en su registro fonológico, comenzando por los sencillos y dejando los más difíciles (vibrantes) para el final.

¿Qué problemas puede comportar una Dislalia?

Que aparezcan contaminaciones en el proceso lecto-escritor del pequeño/a y, en consecuencia, que sufra un retraso en el aprendizaje.

Recomendaciones:

  • Hablar con los niños a menudo, sin agobiarles, no solo para darles órdenes, sino también para preguntarles y explicarles cosas sobre cualquier tema.
  • Utilizar un lenguaje claro y sencillo. No infantilizar.
  • Repetir lo que él ha dicho mal de forma correcta, para que de este modo os pueda imitar.
  • Ampliar sus expresiones para que sus frases sean más extensas y completas.
  • Participar con ellos en la lectura de cuentos, ilustraciones, juegos, dibujos y en todas aquellas actividades que favorezcan la expresión oral.
  • Realizar juegos para favorecer la respiración y el soplo (hacer pompas de jabón, soplar velas, hinchar globos….).
  • Cuidar la alimentación. La masticación de alimentos sólidos fortalece los músculos de la cara y boca que son los mismos que utilizamos para hablar.
  • Respetar el turno de palabra. Aprender a escuchar a los demás.
  • Aprovechar cualquier ocasión para hablar con ellos: el baño, paseos, hora de acostarse, de levantarse…

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